El pasado día 1 de junio en el marco de ExpoManagement e invitados por nuestro editor, dimos una conferencia Montecarlo, Ángel María y yo sobre el poder del Storytelling. Decidimos partir la intervención en 3 partes. Así que mientras Ángel María habló del pasado del Storytelling y Montecarlo reflexionó sobre su futuro, yo hablé del presente. Aunque en un primer instante pensé tratar el boom que experimenta nuestra disciplina en el mundo occidental, finalmente opté por contar un cuento que para mi es una gran metáfora del poder de la narrativa. También ilustra muy bien dónde estamos hoy y cómo podemos avanzar.
Éste es el cuento transcrito.
Los ciegos y el elefante
Había una vez una aldea poblada por completo de ciegos.
Un mensajero anunció a los lugareños que un príncipe que venía de lejos, atravesaba el país a lomos de un elefante.
“¿Qué es un elefante?” preguntaron los ciegos.
No había elefantes en estas tierras, y nunca habían oído hablar de ese animal.
El mensajero les explicó que era una bestia gigantesca, y extraordinaria en todos los sentidos.
Esto despertó la curiosidad de los ciegos y todos querían acercarse al elefante para hacerse una idea de cómo era.
Todos a la vez no podía ser. Por lo que se decidió enviar una delegación de tres personas, que el príncipe recibió amablemente.
Autorizó a los representantes del pueblo a palpar su elefante el tiempo que quisieran. Y así hicieron. Tocaron el animal, dieron las gracias al príncipe, y volvieron a casa.
A su llegada fueron rodeados y bombardeados con preguntas de los otros aldeanos.
«Es un animal que se asemeja a una alfombra rugosa golpeado por el viento en un tendedero», dijo un ciego que había tocado la oreja.
«¡En absoluto!», dijo uno que había palpado la trompa, “Es una especie de serpiente muy gorda, muy nervioso, con la cabeza peluda y húmedo.
El tercero, que había palpado la pierna, se indignó: “¡Qué va! Es una bestia enorme como un tronco grueso.
“¡Poneros de acuerdo!» Pidieron los aldeanos.
Lejos de pactar, los tres ciegos llegaron a las manos, cada uno creyendo que tenía la razón.
Los otros tomaron partido y la pelea se convirtió en brutal enfrentamiento.
Cuando se cansaron de dar y recibir golpes, un hombre sabio propuso a enviar otra delegación. Ésta sería más grande, y estaría compuesta por personas elegidas por su inteligencia. Y antes que nada pedirían al príncipe una descripción de su montura.
Porque los ciegos, recordando las palabras del vendedor ambulante, dudaron que se pueda viajar en alfombras, serpientes o árboles.
Les costó varios días ponerse de acuerdo sobre la composición de esta nueva embajada. Cuando por fin se decidieron, el príncipe se había marchado.
Decía que los seres humanos («los grandes personas», como diría El Principito) estamos muy enfrascados en discusiones sobre «alfombras, serpientes y troncos». Nos han educado en un sistema competitivo donde tener la razón y ganar la batalla de un argumento son objetivos valiosos a conseguir.
Creo que para avanzar nos iría bien escuchar activamente lo que nos cuentan sobre «alfombras, serpientes y troncos» y hacer buenas preguntas para descubrir «el elefante» que los une a todos.
Las técnicas de Storytelling y la presencia de un Storyteller profesional ayudarán a encontrarlo.
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